Ceibas taladas, arrancadas de cuajo desde la raíz por maquinaria. Ese es el panorama en el IETA o colegio de Las Flores, lo cual obedece a las obras de construcción de un cerramiento con malla metálica y concreto que está en construcción. Sin embargo en la comunidad esa tala fue tomada con sorpresa y algunos líderes locales han manifestado sus dudas por el destino y la claridad del manejo del dinero obtenido por la venta de la madera de las ceibas tolua. En rector del plantel educativo no ha hecho público ni siquiera la cuantía de lo obtenido, como ya es costumbre en su gestión.
Pero por otro lado queda la duda legal sobre la tala de las ceibas toluas. Es decir, si el rector de una institución oficial y sobre predios oficiales ha pedido la correspondiente licencia o permiso para el aprovechamiento forestal a la CAR de la región, corporación denominada Corpomojana. O si lo hizo porque le correspondía al contratistas de la construcción del cerramiento. En todo caso la comunidad de Las Flores ha manifestado que no hubo la visita técnica de rigor, de inspección que debe realizar toda CAR para dar este tipo de permisos. Nadie vio los empleados de Corpomojana. Esta corporación que por su inoperancia e ineficacia se le denomina “Corporrobo”. Baste recordar que en el año 2013 en la finca El Piave al sur de Las Flores, por donde pasa el caño Carate construyeron con buldozer un terraplén que interrumpió la corriente del caño Carate y esta corporación ambiental no sancionó a nadie a pesar de que fueron advertidos.
La ceibas tolua (Bombacopsis quinata) que fueron taladas fueron sembradas hace más de 10 años por las primeras promociones de estudiantes del Colegio, antes denominado Coltedi. Como se ve al fondo en el video todavía sobreviven las que fueron sembradas cerca del patio de formación al lado de las aulas.
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